No todos los abogados son los abogados correctos para cada caso. El primer criterio es experiencia y reputación. Y luego, igual de importante es el tipo de caso.
En español la palabra “abogado” quiere decir “defensor”. Esta es una mejor descripción. Cuando contratas un abogado, contratas un defensor. Es la persona que te representa y habla por ti con el fiscal y en la corte. Que conectes con él sí importa.
Por reputación y experiencia vas a saber si contrataste al abogado correcto. Experiencia incluye perder casos. Hay quien dice que los abogados aprenden más cuando pierden que cuando ganan. Estoy de acuerdo. Buenos abogados a veces tienen que tratar casos que van a perder porque la oferta no es razonable y el jurado o un juez tiene que decidir. Muchas veces el cliente ni es culpable ni se le cobra de más.
En vez de preguntarle a un abogado cuantos casos ha ganado, deberían preguntarle cuándo fue la última vez que tuvo un caso parecido. Los clientes se impresionan con la respuesta de un abogado de cuantos casos ha ganado. Si un abogado te dice que ha ganado tantos casos seguidos, debes preocuparte porque lo más probable es que ya le toca perder el siguiente caso. Lo que el cliente en realidad quiere preguntar es: ¿Qué esperanzas tengo?