El tiempo es la moneda principal de un abogado cuando está negociando un caso para alguien inocente o culpable. Cuando el cliente no puede salir de la cárcel mientras su caso esté pendiente, la habilidad para negociar depende de la paciencia del cliente. Cuando el cliente no está encarcelado, mientras más tarde su caso, más ineficiente se vuelve el tribunal. Así es que cuando la evaluación del fiscal o el castigo ofrecido no son razonables, el juez debe presionar al fiscal para que vuelva a revisar su evaluación y su oferta.
Si el cliente no entiende que el tiempo es la moneda principal para negociar, probablemente se sienta frustrado porque tenga que sentarse en el tribunal oyendo cosas simples y esperando que algo pase. Esta frustración se entiende cuando algunos clientes quisieran que su abogado fuera muy alegador, y en voz muy alta discutiera y convenciera al juez y al fiscal. La mayoría de la veces mi respuesta a su frustración es que si “sienten que nada más están allí aburridos mientras no pasa nada”, esa es exactamente mi intención; que no pase nada.