Volviendo al ejemplo, si todas las 1000 personas acusadas, ya sean inocentes o culpables, exigen un juicio con jurado, un tribunal dejaría de funcionar en unos pocos meses. Simplemente no hay suficientes recursos humanos o económicos para tener tantos juicios.
Lo mismo pasa si un fiscal insiste en castigos no razonables o máximos en todos los casos; al acusado no le queda otra más que exigir un juicio con jurado y que el caso y el castigo lo decida un jurado o un juez. Y cada día que se pasa en un juicio con jurado resulta en más casos presentados diario en el tribunal y en una mayor ineficiencia.
Usando el mismo ejemplo, 25 juicios son igual a 2.5% de una carga de trabajo de un tribunal. Así es que, ¿qué les pasa a los 97.5 casos restantes, además de todos los otros casos que se presentan diario? Como me dijo un cliente: “en la corte un mal arreglo es mejor que un buen pleito.” Muchas veces, un abogado hábil con experiencia puede llegar a un arreglo bueno para los dos lados, evitando los riesgos, ineficiencias y gastos de un juicio con jurado.